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12 de junio de 2016
III. Azotea
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Extraterrestres no - Capítulo 3
Azotea

Y, sí, me dirigí hacia donde estaba Shou-kun. Teníamos que hablar. Estaba esperándome de espaldas. Me acerqué a él lentamente.
—Hola–le dije, dirigiéndome a él con tranquilidad.
Se dio vuelta y me vio. Pude ver la emoción en su cara. Creo que el también estaba esperando para verme de nuevo.
 No me respondió, pero seguí hablándole.
—Perdón por lo de antes–continué.
—Mh, sí. No importa, no fue nada–dijo por fin.
Nos quedamos en silencio por un rato. ¿De qué quería hablar? Mientras estaba pensando en todo eso, Shou-kun se me acercó.
—Yo… también te extrañé–me dijo al oído.

Mis ojos se abrieron mucho. Por un momento me dieron ganas de llorar, pero me tragué las lágrimas. No podía contenerme. Él se separó y me miró. Se dio cuenta de que estaba llorando un poco, aunque no hubiera dicho una palabra. Hice como si nada y le dije algo para cambiar el tema.
— ¿De qué querías que habláramos?
— ¿Huh? De nada en especial–me respondió–Solo quería que estuviéramos juntos aquí.
¿Así que no había ningún motivo? ¿No había nada que él quisiera decirme? ¿Preguntarnos como estuvimos sin el otro todos esos años? ¿En serio? ¿¡Subí a la azotea cuando podría estar leyendo manga o comiendo mi almuerzo!?
— ¿C-cómo estuviste?–me atreví a decirle–Todos estos años…
—Mmhhh… Bueno, –dijo Shou-kun–para serte sincero, fue bastante aburrido.
— ¿Eh?
—Ahh, me refiero a que estuve muy aburrido mientras no estabas–me aclaró con timidez.
—Yo no hice ningún amigo–le dije riéndome.
—Eehh….

Otra vez nos quedamos en silencio. Se ve que no había mucho para hablar. Estaba por irme, cuando él llamó mi atención diciendo:
— ¿Sabes? En secundaria, Takane me confesó que siempre le había gustado. Que estaba enamorada de mí.
—…Hum…
—Pero… yo no pude corresponder a sus sentimientos–siguió diciendo.
—…Ya veo–le contesté por fin.
La puerta que conducía a la azotea se abrió, y de ella salió la chica que me había llamado antes.
—Shouyo, el descanso terminó–dijo.
—Entiendo–respondió–Vamos.
—Ah, sí.
Bajamos los tres hacia el salón de clases. La chica se acercó a mí.
— ¿P-pudieron hablar?–me dijo.
— ¿Eh?
— ¡N-no me digas que los interrumpí!
—Ah, no para nada–respondí–Por cierto, ¿cómo te llamas?
—Soy Shimizu. Saki Shimizu–contestó sonriendo–Pero solo dime “Saki” o “Saki-chan” o como prefieras.
—Ah, hum, entonces… ¿Saki-chan está bien?–le dije un poco nervioso.
Asintió.
Seguimos caminando hasta llegar cerca del pasillo, cuando llegó Mio corriendo.
—¡¡G-gin!!­–gritó mientras corría hacia nosotros, o más específicamente, hacia mí. Tenía los volúmenes 2 y 3 de los mangas que me había prestado, y los anteojos un poco caídos–Te olvidaste estos.
Lo miré un poco sorprendido, y pensé que Saki-chan y Shou-kun se iban a reír de mí, pero dijeron.
—Gin, ¿t-también te gustan?–dijo Shouyo.
—¡¡Whoaah!!–dijo Saki algo emocionada–¡Q-qué coincidencia! Takahashi, no me digas que también lees esa colección.
— ¿Eh? ¿¡Ustedes también!?–les dije muy sorprendido.
— ¡Sí!–dijeron a coro.
Mio miró la hora en su reloj, y poco después nos dijo que había que entrar en el salón de clases. Fuimos los cuatro corriendo.

Cuando entramos, cada uno se sentó en su lugar y nos quedamos callados. Tenía a Eri y a Shou-kun cerca de mí, aunque Saki-chan estaba un poco más lejos. De repente, me sonó el estómago, y me di cuenta de que había olvidado comer, por lo que decidí que en el próximo descanso lo comería en el salón.
Como era el primer día, no hicimos mucho, solo anotamos algunos apuntes y practicamos cosas del año pasado. El tiempo estaba pasando muy lento en ese momento. Me estaba aburriendo, así que empecé a dibujar al costado de mi cuaderno.
— ¡Waah! ¡Qué lindo!–dijo Mio, quien me estaba viendo.
—Ah, gracias–le dije–Aunque no es tan increíble. Es cualquier cosa.
—No importa. Me gusta.

El resto de la clase estuve leyendo el resto del primer tomo, hasta que sonó el timbre y saqué mi almuerzo. Estaba muerto de hambre. Para comer tenía pan de yakisoba. Amo el pan de Yakisoba. Lo como desde que soy pequeño. Mientras comía, apareció Eri y colocó una silla en mi banco, para a continuación, sentarse.
—Hola, Gin–dijo–y… ¿amigo de Gin?
Supuse que se refería a Mio, así que le dije:
—Se llama Mio.
— Oohh–siguió diciendo Eri, mientras le empezaba a acariciar la cabeza violentamente–Yo soy Eri Inoue–y, como siempre, hizo una sonrisa enorme.
—U-un gusto–le dijo Mio.
—Ah, aquí estabas Gin–dijo una voz familiar desde la puerta.
Miré hacia allá y estaba Shou-kun, acompañado por Saki-chan. Los dos fueron hacia donde estábamos nosotros. Se sentaron en el lugar de adelante. Mientras comía felizmente mi amado pan de yakisoba, Eri se acercó y mordió un pedazo.
— ¿¡Qué haces!?–le grité enojado–¡¡Es mi comida!! ¡Tengo mucha hambre! ¿Por qué te comiste mi preciado pan de yakisoba?
—Estaba muy rico. Huh? Ah, sí, perdón, tenía un poco de hambre y ya comí mi bento en el anterior descanso–me respondió tan calmada. Como si esa mierda de excusa valiera algo.
— ¡Esa mierda de excusa no me sirve! ¡Te comiste mi comida!–seguí gritándole. Bueno, con la comida no.
Eri se quedó callada y cambió de tema.
— ¿Qué estás leyendo?–dijo.
—Manga
— ¿Qué man-?–murmuró mientras intentaba ver la tapa–¡¡M-MI-MIDORI MAGICA!!
— ¿También te gustan?–le preguntó Saki-chan.
— Digamos que sí. Empecé a leer el primer volumen online, –dijo entusiasmada– ¡y fue increíble! ¡Además, escuché que en el mes de junio iban a sacar la versión animada!
— ¡¡Yo estoy contando los días!!–dijo Mio más entusiasmado.
— Eeehhh, ¡cuánto entusiasmo!–acotó Shou-kun.
—Bueno–se calmó Mio–Parece que todos tenemos un gusto en común. Espero que nos convirtamos en buenos amigos–dijo sonriendo.

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